Y ahora, me pongo a pensar que, a lo largo del tiempo cada quien va enfrentando distintos obstáculos, viviendo diferentes experiencias, conociendo y aprendiendo de distintas personas. El destino, Dios, mis angelitos y la vida me pusieron en mi camino a mucha gente que en su momento de verdad creí que iban a ser para toda la vida y ahora, me doy cuenta que en realidad eran por una estación. Darme cuenta de eso fue algo fuerte para mi, me costó mucho trabajo aceptarlo, pero ahora lo entiendo y estoy feliz con esa decisión. Sin embargo tengo que aceptar que el tenerlos en mi vida, en su momento, fue algo muy bueno, aprendí de ellos, y sobretodo aprendí de mi. Y eso es lo más valioso, me ayudaron a crecer y a aprender.
- He aprendido que las personas cambian, es cierto que nunca terminas de conocerlas.
- He aprendido que durante una época lo más importante suelen ser tus amigos, pero al paso del tiempo termina siendo (y debe ser) tu familia. Son los únicos incondicionales y los que serán parte de nuestra vida pase lo que pase.
- He aprendido (y comprobado) que es cierto lo que tanto se dice, que la confianza tarda años en construirse y apenas unos segundos en destruirla
- He aprendido que es cierto que tienes que estar luchando diario por una amistad que de verdad te interesa y deseas conservar, que no por que se han estado juntos unos años, eso garantiza que será así para siempre, en cualquier momento las cosas pueden cambiar.
- He aprendido que es verdad lo que tanto dicen: los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano.
- He aprendido que es cierta esa cursileria de que la amistad es como una plantita que debes regar y cuidar diario para que siga viva, pues sí, es real!
- También he aprendido que los verdaderos amigos son como un tesoro, y hay que cuidarlos siempre!
¡Dedicado a mis amigos de por vida, de una estación o de una razón!
No hay comentarios:
Publicar un comentario